“Y Jesús convocó a los doce y les dio poder y autoridad…” Lucas 9:1
Admitelo. Sientes que tus pequeños actos de servicio son inútiles a la luz de las muchas necesidades en todo el mundo. ¿Cómo puedes afectar la epidemia mundial de SIDA, la pobreza o incluso la evangelización mundial? Pero considera esto: si tus pequeños actos son vanos, entonces también lo fueron los actos de Jesús.
Jesús explicó por qué existía una necesidad tan grande en el mundo cuando dijo: “La mies es mucha, pero los [obreros] son pocos” (Mateo 9:37). Sin embargo, en su mayor parte, Jesús no trató de llegar a las masas de una sola vez. Siempre se centró en la persona directamente frente a Él, realizando actos de servicio individuales y cambiando una vida a la vez. Confió en el efecto dominó.
Piénsalo. Jesús influenció al mundo entero a través de doce hombres que estaban justo frente a Él. No tiene sentido, ¿verdad? Y mientras viajaba de un lugar a otro, repetidamente se acercó y se enfocó en el individuo directamente frente a Él. No parece la forma más eficiente de llegar a todo el mundo, ¿verdad? Sin embargo, su enfoque demostró ser poderoso y eficaz y, finalmente, muchos se vieron significativamente afectados.
RETO:
Considere las cosas “ordinarias” que hizo hoy (o que hace en un día típico). Pídele a Dios que te ayude a ver cómo esos actos ordinarios de amor pueden transformarse en momentos extraordinarios de impacto.